martes, 10 de noviembre de 2009

¿Inocente inocencia?


“¿Para qué presentarme a alcalde de Los Ángeles, si ya soy rey?”, declaró en una ocasión Walt Disney –o, en términos de Henry Giroux, autor de El ratoncito feroz: Disney o el fin de la inocencia, el “viejo Walt”-. Resulta extraño o, más bien, curioso, el evidente exceso de poder que manifiesta el magnate propietario de una de las compañías de entretenimiento más grande del mundo. O quizá no tanto.

En el corto ensayo acerca del poder de la corporación Disney, Giroux exhibe con tono didáctico el papel de Disney en la sociedad actual, así como el papel representado desde el punto de vista de las grandes estructuras de la comunicación. Mediante la promesa de un paraíso nostálgico para los adultos y un lugar donde todo es posible para el público infantil, las intenciones de Disney se camuflan bajo una capa que, como la que suele portar el príncipe azul de los cuentos, se antoja complicada de arrebatar.

Pero lo que Disney ofrece no es el utópico viaje a una realidad más atractiva, sino la eliminación del último retazo de reflexión inconformista. Exhibida como una de las industrias que controlan el “espacio cultural mediático”, ocupa un lugar que pocas críticas logran alcanzar con la dureza necesaria para transmitir a los consumidores de esta corporación el enorme poder desplegado. Disfrazada de inocencia, Disney crea identidades –y, consecuentemente, memoria colectiva-, y genera valores considerados implícitos mediante la difícil separación de entretenimiento y educación que la compañía presenta en sus películas.

Y, lo que posiblemente resulte más alarmante, es la complicada percepción de dichos mensajes escondidos.

Los valores americanos se reflejan en el parque temático de Disneylandia. Su inocencia flota por el aire y es recogida por todo tipo de personajes que se pasean por el espacio y, tímidamente, ofrecen dónde se encuentran las tiendas donde los productos Disney alcanzan, sin duda alguna, sus cuotas más altas. En este utópico lugar no existe lugar para las desgracias. Jamás ningún cliente ha podido presenciar huelgas o reclamaciones por parte de los empleados. Y nunca el papel de los americanos causará una reflexión –si, a estas alturas, los visitantes del parque pueden recordar qué es-, acerca de sus actuaciones a lo largo de la historia. ¿Colonización? No. ¿Guerras? Tampoco. ¿Acaso olvidas que estás en el Reino Mágico?

El poder de las grandes corporaciones, aquellas que dominan nuestra percepción de forma imperceptible –curioso juego de palabras para definir una corporación que, desde luego, se permite jugar con sus víctimas- se representa en una de sus consecuencias más “infantiles” en la compañía Disney.

En la era de la comunicación y la información, en la que a todo podemos acceder y todo podemos conocer, el papel de las multinacionales ha ganado un papel que se debería analizar con lupa. Un papel que, sin duda alguna, no es inocente.

9 comentarios:

  1. De hecho hay leyendas urbanas que dicen que Walt Disney era un pederasta y que por eso se dedicaba a hacer películas para niños. En ellas aparecen muchos símbolos sexuales escondidos, y si no buscad esa referencia en youtube...

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  2. Pues a mí me encantan casi todas las películas de este señor muajajaja

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  3. me too Migue, pero detrás de este hombre parece ser que hay un ser maligno. Pienso igual que Anónimo, porque, al parecer, nos hemos informado de la misma manera

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  4. chicas!!!por fin me paso por aquí!!jejeje
    me ha parecido muy interesante la entrada de disney, pero he de decir que creo que prefiero seguir creyendo en el idilico mundo de disney!jeje es broma, teneis razon!

    por cierto, sabiais que ahora disney intenta dar una nueva imagen a Micky?si, si. dicen que ya no vende tanto porque los niños de hoy en dia lo ven dmasiado ñoño, asi que van a darle una imagen mas agresiva.en fin...
    muchos besos y animo con el blog!!
    amanda

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  5. Me da igual lo que digan o lo que hagaaan...Disney es felicidad *_______*
    De todas maneras, las películas con mensajes de mierda ya han quedado un poco atrás xD Poco a poco se han ido adaptando, ya es algo...
    Y tienen demasiadas pelis bonitas *___*
    Y han creado al pato Donald, que es la cosa más adorable que existe, ha existido y existirá jamás. Lo amo, con todo mi corazón.

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  6. açò és veritat? flipaa!! la veritat és que aquest home ens ha donat alegríes a grapats! jejejeje, peró aixó no lleva que de vegades esta gent es pensa el rei del "mambo" jejejeje
    què vergonya que encara no m´haguera passat per açí! jejeje
    seguiu així!
    Vanesa

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  7. A ver... si a mí también me gusta Disney (y los valores que representa y eso). Pero también es importante reflexionar sobre el papel que juega como "corporación" :9

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  8. Mientras exista capitalismo, va a haber grandes corporaciones, monopolios. Disney es uno de ellos, pero eso no implica que tenga que ser malo. Da un mensaje unificado, tiene buenos valores, y como dice Nuria, da felicidad. No soy muy fanática de Disney puro, prefiero Pixar o Dreamworks.

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  9. Muchos dicen que Disney ha sido el destructor de la cultura oral... es la competencia de caperucita, el gato con botas, pulgarcito...
    Está claro que son contenidos para niños, pero su origen y su intención es bastante diferente

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